Por si acaso no te enteras y tu calendario no está al día, te lo dicen cuando vas a hacer la compra: el próximo domingo es el día de las madres. En el supermercado hay flores, tartas, regalos pensados -según dicen ellos- para la mamá, libros de cocina, teléfonos móviles en fundas rosas, cámaras de fotos digitales pensadas para ellas porque (esto lo escuhé el otro día) "las madres son las hitoriadoras de la familia". (No hay comentarios.) Al menos, la profusión de artículos no es tan exagerada como en otras fechas del año. Claro que el comercio ha de servir a todos los gustos y anticipar las necesidades de cada uno: ahora es esto, luego las fiestas de graduación de la universidad, un poco más tarde la de los institutos y después, el tercer domingo de junio, el día del padre, el día de la independencia el 4 de julio, el día del trabajo el primer lunes de septiembre... Sí, sí, aún falta mucho para eso y además, hasta parece que las fechas estén al revés.
Al revés o no, hoy es el día de la madre en México y ya hace tiempo que quiero abrazar aquí a Mª Eugenia, la dulce acogida que siempre me regala, la mano suave que inunda
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