Hacía tiempo que no venía hasta aquí, al jardín de Skip, a este rincón al sureste de Madison donde siempre he venido en primavera, para esa fiesta anual que él hace para celebrar la independencia de Noruega. Siempre verde el lugar.
Este es el campo del camino, el Wisconsin rural, verde y despierto de esta época del año
y este el espacio de Skip, su jardín cuidado, los rincones en los que viven sus fantasías,
sus aliados,
sus talismanes protectores
y su rincón de flores caprichosas,
delicadas en esa especie de cuidado abandono, junto a la escultura que les pertenece,
las mariposas sutiles
y el gesto sin lágrimas de colores intangibles y serenos
2 comentarios:
Hay que reconocer que estos americanos, tan criticados a veces por quienes menos les conocen, saben cuidar del espacio en el que viven
La verdad es que sí. Sorprende el tiempo que le dedican a sus jardines y a otras muchas cosas que realmente merecen la pena.
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