En ese instante me quedo mirando el verde, la piedra, la madera, esos tres elementos en ese pequeño espacio. En pocos días, el verde se acicalará más que nunca y piedra y madera consentirán su viaje, el enredo, su trama
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Es al final del día. El sol anda buscando rendijas para jugar su últimos reflejos y cerrar sus horas de gala
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En ese instante me quedo pensando en ese convivir de los elementos, esa necesidad de tenerse, de quererse mantener, de intercambiar, acariciarse o rechazar. Y como nosotros, vulnerables, desplegados a los días, a una rutina que no se deja dominar, a los días cambiantes, al son que nunca suena igual.
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