Hace 14 años nació una niña preciosa, muy querida y esperada. Aún recuerdo cuando mi hermana llamó para decírmelo, que era niña, que su nombre era María. Siento que el entusiasmo, el cariño y la emoción de aquella voz se han mantenido a lo largo de estos años. Siento que esa niña traía la conexión de tres generaciones, una fuerza irresistible, una buena estrella.
Hoy hablo con ella y su voz suena tan despierta como ella es, carismática, cariñosa. Se mueve con mucha habilidad entre unos y otros, es capaz de querer a mil y ser ella en cada momento. Confía, no le faltan ni respuestas, ni imaginación, ni iniciativas sabias. Tampoco le falta el talento para hacer varias cosas. Desde que nació me ha gustado estar con ella y cuando no he podido estar a su lado, la he sentido muy de cerca. Me sigue gustando, la sigo sintiendo de cerca. Nunca me aburre, me deja ver otras cosas y me acerca a su mundo también. Confío en ella. Y claro, hoy es el día que cumple 14 años. ¿Qué más puedo decir?
María, todo lo mejor para este año. ¡Tanto que vivir y disfrutar! Mucho quererte. Ya lo sabes
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