Hoy veo asomar las primeras lilas en el lilo que planté hace cinco o seis años. El árbol era pequeño y manejable cuando lo compré. Lo planté demasiado cerca de la casa sin saber si el lugar era bueno o malo. Sobretodo, quería buscarle sol y ayudarle a hacerse fuerte. Pero ha crecido sin mucha ayuda, sin necesitarme apenas. Ahora, antes de que crezca más, debo buscarle otro sitio para que sus ramas se extiendan libres. Lo planté demasiado cerca de la casa sin saber si el lugar era bueno o malo. Ahora ya sé que era bueno, que él lo convirtió en tal. Hoy admiro sus primeras flores y a su lado recuerdo el lilo del otro jardín, allí en el rinón, vigilante e íntimo.
2 comentarios:
Está bien que lo intentes transplantar antes de que crezca más. Te dejo un brevísimo pasaje de "León el Africano" de Amín Maalouf:
"Otro de nuestros vecinos, Saad, viejo jardinero que padecía de ceguera desde hacía poco, no se sentía con valor para marcharse.
-No se vuelve a plantar un árbol viejo fuera de su tierra -repetía. "
Qué maravillosa cita y qué calma siento en tus palabras
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