miércoles, agosto 01, 2007

Mi pueblo y mi papá

Mi pueblo es un poco desordenado, destartalado, casi feo. Pero tan sentido que te olvidas del maquillaje que se necesitaría para guapearlo. Siempre que lo pienso, pienso en su gente y en el pulso que lo mantiene con vida.
Hoy es día especial, es el cumpleaños de papá. Se ha levantado contento y eso es siempre un regalo perfecto. Voy pensando en eso mientras salgo a hacer algún recado, a comprar queso fresco a la quesería de Antonio y Carmen, a por el pan a la tahona (el pan de colón que más extraño y del que más antojo tengo durante todo el año). Pienso en papa y sus 83 años, y cómo será eso de vivir esos años y si yo misma seré capaz de estar tan lúcida y entera como él. Esos tejados añejos deben tener muchos años también

Los encuentro por el camino. También hoy voy a ver a tía Vale, que ya tiene 93 años y en su cabeza ya han comenzado a articularse algunas historias con su propia realidad. El otro día la vi pero siempre me gusta ir a su casa, esa casa grande y vieja que aún conserva la bilbaína en la cocina y ese suelo tan peculiar. Ya es tatarabuela y está contenta. Eso me cuenta.
De regreso a casa, voy buscando calles

o rincones donde no haya casas nuevas y desproporcionadas junto las más viejas. Pero cada casa parece ser de un tamaño y un color, lo nuevo y lo viejo sin atenciones ni cuidado. Camino hasta las casas de piedra que miran hacia la iglesia pero incluso allí el abandono tiene prisa

y sólo antes de entrar en la plaza recuerdo que esa callecita que llamamos El metro siempre tuvo una pizca de encanto


Sigo pensando en papá y regreso a casa imaginando su sonrisa. Así es, no sólo porque es su cumpleaños sino porque mamá le ha dado la sorpresa de hacerle uno de sus caprichos,

esos buñuelos que tanto le gustan para un feliz cumpleaños y un padre muy querido

7 comentarios:

Mariano Zurdo dijo...

Muchísimas felicidades para tu padre. Por el cumpleaños y por teneros.
Tu pueblo es bello. Tus palabras lo delatan.
Besitos/azos.

Sir John More dijo...

Emocionante, Raquel. Cara de buena persona la de tu padre, y buñuelos de hambre esos que delatan la habilidad (sensibilidad) culinaria de tu madre. Disfruta, disfruta mucho de ellos.

Raquel dijo...

Mariano y sir john, gracias a los dos.
Los alrededores del pueblo son una maravilla, o maravilla para quienes les guste caminar y trotar por caminos de montes. Ha hecho demasiado calor para salir a caminar. Me da pena no haber podido hacer más fotos pero en otro momento será.

banderas dijo...

... al menos tú tienes pueblo. Otros ni de eso podemos disfrutar. Además, es un pueblecito precioso. No es ni feo ni destartalado. Tenías que ver algunos pueblos gallegos. ¡¡Eso no es feísmo!! ¡¡¡es horrorosísmo!!!

Tu padre tiene cara de buena gente... y no lo digo porque sea mayor... ¿83 años dices?. ¿Dónde hay que fimar para estar así con esa edad?.

Bicos

Raquel dijo...

¿verdad?
:=)

Anónimo dijo...

Jo, que entrada más bonita y cariñosa.
Felicidades a tu padre (y encantada de conocerle) y a ti también por transmitir tanta ternura.
Qué bonito tu pueblo y vaya pinta los dulces. No me extraña que tu padre tenga esa cara de contento.
Un abrazo.

Raquel dijo...

Gracias Leo, en cuanto tenga un poquito de tiempo entro en tu blog.
Siempre es bonito escuchar cosas así.
Un abrazo