martes, mayo 22, 2007

Contrastes

No conozco al vecino que tiene este coche y que nunca veo en el invierno

Es curioso verlo, ver el cougart del otro día y unos cuantos más que salen a pasear y lucirse con el sol de mayo. Curioso el cuidado que en este país se pone en algunas cosas, cuánto descuido y abandono en otras, con qué rapidez, por ejemplo, se derrumban edificios y se sustituyen por otros en lugar de restaurar o rehabilitar.

Contrastes. Siempre.

No conozco al joven que esta mañana juega golf

pero me imagino que no vive en uno de los apartamentos de estos edificios

sino en una casa así

o en una así

(Y si acaso vive él solo, ¿no necesitará que le acompañen unos cuantos fantasmas para llenar el espacio y acallar los ecos del vacío? ¿Cuántos mexicanos vivirían en el lugar?
Claro que si vivieran ahí probablemente serían "legales" o estarían en el proceso de comprar su legalidad)

Contrastes. Siempre.

Me quedo con mi paseo, mi senda,

mi carril bici allí donde lo pueda encontrar para poder navegar en el asfalto

y este viejo sillón donde sentarme a la sombra y desde donde reinventar, entre otras cosas, sociedades en las que no haya que razonar riquezas ni pobrezas que justificar

4 comentarios:

Dinia Solano dijo...

Todo en esta vida tiene dos caras, como las monedas. Y la humanidad siempre luchará por estar en que más le convenga.

Saludos!

Raquel dijo...

Sí, así es. Sería bueno que todo el mundo tuviera las mismas oportunidades para luchar por ese algo y tener la posibilidad de elegir.
Gracias por tu comentario Dinia

Juan Luis Dammert dijo...

Que bueno esta ese sillon para ese arbol. Parecen hechos el uno para el otro, o el uno por el otro.

Raquel dijo...

Es verdad, como si uno fuera la extensión del otro.