jueves, julio 05, 2007

Ayer y hoy, allí y aquí

Viendo mis fotos de estos días de Salamanca, ayer me decía JL que es curioso comprobar el parecido que existe entre las ciudades castellanas y algunas ciudades peruanas como Arequipa o Cusco (Cuzco). También comentaba que era curioso ver cómo los españoles trataron de repetir su país en medio de los Andes.
Me quedo pensando que probablemente siempre haya sido así para cualquier nación invasora, repetir lo que ya sabemos (pasa en cada casa, en cada familia). Algunos países imperialistas han sido más agresivos que otros. En el caso de España, y sin entrar en detalles, la época de la Colonia duró tantos años que es inevitable encontrar los parecidos en ciudades, arquitecturas, formas, artes, artesanías, costumbres. Afortunadamente, la fuerza de cada país -y de cada región dentro de ellos- reconstruyó formas y modos particulares, y supo combinar -no tuvieron otro remedio- las sensibilidades de lo que ya era mestizo y en sí llevaba raíces indígenas y africanas.
Ocurrió con la arquitectura, con la música, la comida... Con todo. Los acentos de cada país asimilaron y transformaron artes, iglesias, instrumentos musicales. Las sensibilidades de cada región abrieron nuevos tonos y timbres, y crearon nuevos instrumentos musicales de belleza incomparable e insospechada para algunos oidos occidentales acaso más duros y de costumbres severas. Las religiones propias adornaron la religión impuesta y generaron un sincretismo que sus practicantes necesitaban. Las iglesias barrocas se barroquizaron aún más para dar cabida a ángeles negros y a vírgenes morenas vestidas con ropajes católicos.
Recuerdo muy bien cómo las primeras veces de ir a México me sorprendió el ver esas iglesias de Oaxaca tan parecidas a algunas salmantinas, esos pequeños pueblos planeados alrededor de iglesias o de ayuntamiento en la plaza principal, esa forma de construir en la Mérida de Yucatán como si de casas de ventanales bajos y rejas de Extremadura se tratara, o esos soportales en la Santa Cruz boliviana y esos patios tan andaluces de la Cartagena de Colombia o del viejo San Juan puertoriqueño, y esas partes tan gaditanas de La Habana.

Sí, debe ser que tendemos a reproducir lo que hemos aprendido, lo que sabemos.Siempre pienso que con la cocina pasa algo parecido: tendemos a cocinar buscando los sabores con los que hemos crecido y utilizando las formas que conocemos. Puede que te acostumbres a nuevos sabores, que añadas platos nuevos, otros ingredientes tal vez, pero no se nos va eso de cocinar como lo aprendimos o lo vimos hacer.
Pero ese tema es para otro día porque esta entrada se está alargando y en realidad, sólo quería hacer esa mención de parecidos de ciudades y arquitecturas y dejar aquí fotos del breve paseo de hoy por otra parte de Salamanca para que JL o alguien más me reclame otros parecidos con otras ciudades del mundo.
El paseo me lleva desde La Casa de las Muertes hasta La Plaza Mayor. No he estado nunca en tal casa

Hay varias leyendas acerca de ella y de por qué el nombre, que en realidad parece haberlo heredado de la calle donde está y que se llamaba calle de la Muerte en el siglo XVIII, aunque otros dicen que es por las calaveras que en la fachada se encuentran. Aquí cuentan un poco de esas leyendas populares.
Este es el detalle del balcón y las ventanas

A su lado, la casa del regidor Ovalle Prieto, casa donde vivió y murió Unamuno en 1936

Desde aquí se puede subir por la calle Compañía

con las torres de La Clerecía al fondo

Sin subir esa calle y antes de llegar a la Plaza Mayor, esas mismas torres de La Clerecía vuelven a verse imponentes (con razón las construían así: al igual que los minaretes en las mezquitas y los obeliscos en los antiguos templos egipcios, las torres y cúpulas de las iglesias anunciaban al viajero de la existencia de un centro religioso en ese lugar)

El sol inclemente y bravo de las tardes de estío la viste. ¿Es inconfundible?

3 comentarios:

Juan Luis Dammert dijo...

Sí Raquel, hasta en la lengua. Hace ya algunos años el municipio (ayuntamiento) del Cuzco decretó que la ciudad era "Cusco" y le quitó la zeta. A pesar de eso, hay que escucharlos hablar para darse cuenta del cantito (el dejo, el tono) de sus frases, tan parecido al de algunas regiones españolas, aunque no se hayan dado cuenta por acá. Sí, yo me paseo con tus fotos. Gracias por la excursión virtual.

Raquel dijo...

Ese comentario estaba esperando que me llegara para que me explicaras lo de Cusco y Cuzco, por eso utilicé los dos.
Gracias.

Tawaki dijo...

Los cielos siempre azules en tus fotos los encargas, ¿verdad?

Yo estuve en Salmanca un mes de noviembre, con lluvia y frío. Por supuesto mis fotos no tienen nada que ver y no hacen justicia a una ciudad tan bonita.

Tendré que volver para vengarme.