Lunes por la noche. El calor ha vuelto a desdecir todo lo dicho. La noche llega pero no hay una gota de aire. He dejado los balcones cerrados durante el día para mantener el frescor de la casa pero nada ocurre ahora que los abro para encontrar un poco de brisa. Sólo grilllos. Salgo a caminar con mis hermanas. La luna nos acompaña como farolillo inalcanzable y perfecto, increiblemente hermosa mientras te alejas del pueblo y dejas atrás las casas y ella va iluminando la silueta de las montañas. Al regreso, la gente está sentada a la puerta de sus casas, al serano. Dices adiós y te dicen hasta luego. Hay niños jugando.
Casi es media noche pero bajo un momento al edificio del reloj del ayuntamiento y me siento en un banco que casi parece que lo han dejado ahí con esa intención. Hay wi-fi, todo un lujo. Acabo de hacer una foto de la luna pero, aparte de que no consigo ni un pellizco de lo que quiero conseguir, flickr no me deja subirla. Está bien, hoy no importa, todos sabéis lo bonita que luce, y juntos la contemplamos, es ese instante y hoy escribo para Julia, Sebastián, Estefani, Banderas y Mariano, respondiendo a sus comentarios de ayer, para decirle a Julia que la siento cerca y que no debe estar triste, o sí si esa tristeza ha de ser vivida, pero que su fuerza siempre la hace revivir y resurgir más entera; decirle a Sebastián que ahora sí nos vemos dentro de nada y que no comenté nada en su última entrada porque, como siempre, me pareció tan bonita que las palabras se me quedaron muy calladitas adentro; decirle a Estefani que la imagino en Madrid y que le regalo un cachito de esta sierra para que el respiro le llegue pronto; a Banderas que me resulta curioso lo que me dice porque Juanluis me comentó en algún momento que a menudo hablaba del tiempo para describir mi estado de ánimo y que tal y como lo hacía le recordaba un poco a la poesía japonesa, y ahora es Banderas quien lo dice; y a Mariano que le imaginé en Asturias y que en ese mapa de España que ponen con dibujitos, vi nubes en ese norte maravilloso y pensé en él.
Ya comienza la madrugada. Aún se escuchan niños jugando a lo lejos y grillos y un cuclillo que sólo en las noches de verano deja oir su canto. Seducción.
6 comentarios:
Yo también llevo un par de días intentando fotografiar esta luna, pero cuando se eleva en mi horizonte ya es muy tarde y empequeñece, y además con la cámara que tengo ahora mismo no puedo hacer nada decente... y es una lástima.
No sabes cuánto envidio que estés en "el pueblo" (aquí en Galicia diríamos "en la aldea")porque la ciudad no respira ni deja respirar... ni siquiera de noche.
Bicos.
gracias por acordarte de nosotros, todos bajo la luna
Ahora ya estoy en Madrid, una ciudad sin aire en estos días, una ciudad en las que por más ventanas que abras no hay corriente.
Eso sí, cierro los ojos y todavía disfruto de la luna asturiana.
Gracias por acordarte de nosotros.
Besitos/azos.
Con la emoción de abrir los comentarios me olvidé de darte las gracias por acordarte de nosotros y especialmente tu amplia observación sobre mi opinión a tu entrada anterior. Sinceramente, fué lo que me sugirió tu poético texto: breve, hermoso, con citas a la naturaleza... me recordó cosas que he leído tiempo atrás.
Hola! Es la primera vez que visito tu blog y me ha gustado mucho.
Enhorabuena por ese toque especial que le das a los textos y a las fotos. Y en estos últimos días, por traernos la naturaleza a los que, como yo, aún estamos pegados al asfalto. Hasta muy pronto.
Un saludo
Curioso que esa luna sea la misma para todas y todos. Sublime tu entrada, que dulce!!!
Bicos!
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