miércoles, julio 11, 2007

Donde duermen los pájaros

Me pregunto muchas veces dónde duermen los pájaros. A ciertas horas del día, su vuelo es tan rápido y sus llamadas tan intensas que si no fuera por el sol y la luz tan encendida, podrías inventar cualquier historia de miedo

Si miras para arriba, el cielo límpido y claro te regala sus siluetas, el febril viaje. Tal vez aniden
en las puntillas del palacio, en cualquier escondite entre gárgolas y personajes de caprichosas formas sostenidos sin indecisión ni zozobra

Mientras camino, no dejo de sentir su presencia. Casi nadie dice o desdice las calles a esas horas del día (las escasas sombras no engañan)

Miro a lo alto y pienso cómo será verlo todo desde arriba, a vista de pájaro, revoloteando bajo. Miro a lo alto, ahí donde los tejados insisten en hacerse notar y donde las brújulas deciden su norte,

las veletas su identidad

y los pájaros sus otros puntos cardinales, el lugar donde reposar y anidar, la sombra bajo el alero, o la nada. Sólo se oyen esas golondrinas valientes y veloces

y ni siquiera las campanas se atreven a levantar su vuelo. Detenidas callan

Es hora de otro vuelo... golondrinas tras un velo de vértigo. El espacio es suyo y su cielo, el más claro, pista de vuelo rasante e infinitos presagios.

2 comentarios:

Mariano Zurdo dijo...

Desde luego no es lo mismo pasear mirando al suelo o de frente que mirando al cielo. A mí las gárgolas siempre me han producido una atracción especial.
A ti no te hace falta volar, Raquel, tal como escribes se ve a la legua que tienes la capacidad de mirar desde las alturas.
Besitos.

Raquel dijo...

Eres un cielazo