lunes, julio 02, 2007

Otro atardecer de ciudad

Salamanca, como muchas otras ciudades españolas, también es esto, masificación, falta de planeación, construcción aleatoria.
Siento que los bloques de viviendas y las escasas zonas verdes agotaran la tierra, pero también me pregunto cómo sería la ciudad ideal. A medida que comenzamos a vivir en urbanizaciones o en otros lugares alejados de la cniudad, la vida y las formas se transforman y comienzan a parecerse a ese modo "americano" (estadounidenses más bien) con todas las necesidades y carencias que acarrea: la necesidad de uno o dos coches por familia, las compras en los grandes supermercados porque no hay una frutería o una pesacadería a la vuelta de la esquina, la falta de contacto con el vecino, la caminata diaria que desaparece porque a todas partes necesitas ir en coche, el olvidar al camarero del café donde la partida de mus se ha jugado desde siempre, el dejar de conciliar y reconciliar esa vida maravillosa que se vive de acera a acera, de mirada a mirada entre desconocidos que se cruzan, o entre los conocidos que a fuerza de encuentros se han ido conviertiendo en presencia habitual... En fin, toda esa madeja de encuentros y desencuentros individuales y colectivos que ocurren en una ciudad cuando se la vive a pie y cuando sus piedras entretienen tus momentos, saben de ellos, los animan, y toda esa trama que forma parte de lo impredecible de nuestros días, como el atardecer urbano de hoy, sus simetrías

y pasiones

en sus recorridos casi apresurados en su arrebato

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que entrada más bonita, me alegro de haber entrado.

Por cierto, mi hermana vivió dos años en Salamanca y fui un par de veces por allí, a mi me gusto, aunque claro, una ciudad, es una ciudad...

Un saludo!

Raquel dijo...

Gracias wilde. Sí, una ciudad es una ciudad. Su encanto se lo pone la gente, tu vida, tu conexión con lo que en ella hagas o por lo que en ella vivas.
Saludos para ti también

Mariano Zurdo dijo...

He estado varias veces en Salamanca y siempre me he llevado buenos momentos. Canté hace mucho en una iglesia preciosa, pero no consigo aocrdarme de´su nombre...
Una ciudad es una ciudad, pero al final el lugar lo hace cada uno con sus pies y con sus ojos.
Besitos.

Raquel dijo...

No sé por qué estoy pensando que pudiera ser la iglesia de los Dominicos. Alguno de estos días trato de acercarme por allí para hacer alguna foto y ya me dirás.
Hasta luego :)