Después del frescor de las mañanas, un sol despiadado acosa sin descanso durante el resto del día. Hacia las 9:30, esa hora un poco mágica se asienta entre los rincones, la voces se escuchan diferentes y comienza a desaparecer el filo del calor. Y es sólo al final cuando el camino se deja hacer. Hoy subimos al Balcón de Extremadura. uno de esos lugares que en cada estación se viste de largo para siempre recordarte el recuerdo y alcanzar el presente..
El Balcón de Extremadura es, literalmente, un balcón que mira a un valle donde en noches claras se alcanzan a ver varios pueblos de Extremadura. Un camino serpenteante y angosto entre olivos y montes desiguales te lleva a ellos. Cuando éramos pequeñas nos parecía que el lugar, a diez minutos de la casa, estaba lejos, en algún remoto escondite tras los pinos y robles. Ahora llegas en un suspiro, recogiendo la frescura de la brisa en cada paso, dejándote llevar por una luna que también ha salido a pasear
Las colas del pantano de Gabriel y Galán quedan a un lado
y a tu espalda, el sol encuentra su horizonte
Luego, otra luna te lleva de la mano
antes de que el señor Lorenzo se despida
Son casi las 10 y aún la luz está alerta.
1 comentario:
Curioso, no recuerdo eso del Balcón de Extremadura, pero sí he estado en muchos sitios cercanos al pantano de Gabriel y Galán... Magníficas imágenes de una hora realmente mágica, la hora roja...
Besos.
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