8 grados de temperatura al mediodía, el humo de los coches creando su nube blanca, el ruido de la caldera, el humo en las chimeneas. Es invierno. No cabe duda. Guantes, bufandas, gorros. Todo empieza a necesitarse. Dicen que el fin de semana va a nevar de 6 a 12 pulgadas (¿entre 15 y 40 cm? ¡Ay!). Mejor no pensar cómo será el Madison al que regrese el lunes.
Ecos del sonar pide un descanso de fin de semana. El viaje a México va a ser breve y no creo que hay conexión a internet en los pueblecitos de la Tierra Caliente de Guerrero y Michoacán donde vayamos a estar.
Al regresar, cuento.
jueves, noviembre 30, 2006
miércoles, noviembre 29, 2006
Mercados del mundo
Los mercados en el mundo son esos fascinantes testimonios de ciudades y culturas. Mil gustos y formas. Expresión de las idiosincracias y de la historia de un pueblo, sus oficios, aficciones, artesanías, inquietudes y necesidades.
Tal vez en enero pueda contar como son los mercados en El Cairo. Por ahora, este es el primer asomo. Mi hermana hoy me cuenta que en El Cairo existen multitud de mercados. El mercado de Tawfikiya, famoso por sus frutas.
El mercado de camellos, (Suk Al-Gimal), en el que todos los viernes a primera hora de la mañana se concentran centenares de camellos, traídos desde el Sudán para ser subastados y vendidos. Además de camellos, también se pueden comprar (y vender) burros, cabras y quién sabe qué más.
En el Mercado del viernes (Suk El Gomoa), cerca del anterior, se puede encontrar todo tipo de objetos variopintos, todos viejos y deteriorados.
El mercado de los pájaros (Midan Sedaya Aisha), también los viernes, es para pájaros pero también para gallinas, palomas, peces. (¿Me dejarán entrar?).
El mercado de Kerdasa y el de Harraneya tienen tapices y alfombras.
El mercado Khan el Khalili parece ser un bazar de enorme que vende de todo, muy concurrido, perfecto para aprender el arte de regatear.
Fascinante. Imágenes también de mercados de México y Bolivia, de Chile y Colombia. Mercadillos de Andalucía y Galicia. Voces, olores, colores, vendedores invitándote a la compra, el regateo. El maravilloso lenguaje de los gestos, la mirada rápida, la intriga, la espera, la entrega. Cada mercado único y peculiar. El tema me atrapa. Luego sigo.
(Gran parte de la entrada de hoy se la debo a Asun [me salvaste. ¡Mua!])
Tal vez en enero pueda contar como son los mercados en El Cairo. Por ahora, este es el primer asomo. Mi hermana hoy me cuenta que en El Cairo existen multitud de mercados. El mercado de Tawfikiya, famoso por sus frutas.
El mercado de camellos, (Suk Al-Gimal), en el que todos los viernes a primera hora de la mañana se concentran centenares de camellos, traídos desde el Sudán para ser subastados y vendidos. Además de camellos, también se pueden comprar (y vender) burros, cabras y quién sabe qué más.
En el Mercado del viernes (Suk El Gomoa), cerca del anterior, se puede encontrar todo tipo de objetos variopintos, todos viejos y deteriorados.
El mercado de los pájaros (Midan Sedaya Aisha), también los viernes, es para pájaros pero también para gallinas, palomas, peces. (¿Me dejarán entrar?).
El mercado de Kerdasa y el de Harraneya tienen tapices y alfombras.
El mercado Khan el Khalili parece ser un bazar de enorme que vende de todo, muy concurrido, perfecto para aprender el arte de regatear.
Fascinante. Imágenes también de mercados de México y Bolivia, de Chile y Colombia. Mercadillos de Andalucía y Galicia. Voces, olores, colores, vendedores invitándote a la compra, el regateo. El maravilloso lenguaje de los gestos, la mirada rápida, la intriga, la espera, la entrega. Cada mercado único y peculiar. El tema me atrapa. Luego sigo.
(Gran parte de la entrada de hoy se la debo a Asun [me salvaste. ¡Mua!])
martes, noviembre 28, 2006
Violines y nuevas acústicas
Merece la pena leer este artículo que salió hoy en New York Times acerca de nuevos experimentos que se están haciendo con materiales, formas y diseños en la interminable búsqueda de tonos, colores, sonidos y sonoridades en los violines. Rompiendo lo convencional, analizando lo nuevo, y también lo antiguo. El artículo tiene tres páginas (versión cibernética). Las fotos y los ejemplos auditivos son interesantes. El primer enlace, el del autor, te lleva a una página donde aparecen varios artículos, entre ellos "String Theory: New Approaches to Instrument Design" con una foto de un violín al lado. Esa es la versión del artículo con fotos y algunas gráficas interactivas.
(En algunos sitios de internet como en google tranlate o worldlingo se puede traducir el texto. Ojo con el resultado, pero algo es algo.)
(En algunos sitios de internet como en google tranlate o worldlingo se puede traducir el texto. Ojo con el resultado, pero algo es algo.)
Massage beds?
Did you know that... well...
A friend calls today:
- I would love to treat you with a very funky experiene. Are you ready?
- I'm ready, go ahead
- See? there is this bed...well, this place where you go and lay down in a bed for half an hour.
- What do you mean?
- It is a massage bed. The bed massages you
- No kidding
- Yes, it's through heat and pressure that relaxes you. I call it fun in suburbia. Take it as half an hour of meditation without having to work. Are you free this coming Friday around noon?
I'm not been able to recreate half of the funny conversation around that marvelous Migun bed that massages you. Later I learned that it can cost around $3,555. Either traveling or buying a massage bed, right?
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lunes, noviembre 27, 2006
Vida de mil destinos
Vida, infinitas vertientes y caminos. Trae, y lleva; te arrastra, inevitablemente te desdice o te incita, exige, viste su capa de capricho. Indómita también. Pero siempre alentadora, con su carga de esperanza en los bolsillos y su manto de lucidez tratando de crecer constantemente.
Y si el desencanto llega, tal vez seamos nosotros los que debamos preguntarnos si lo hemos intentado del todo, si hemos agotado el último haz, la última lucha, la última estrella. O si símplemente hemos perdido nuestra capacidad para emocionarnos. ¿Apoyarse en los demás para que nos ayuden a recoger la estela, el rastro del azar, el aura de la espiral?
Caprichosos los destinos. Desconocidas las respuestas. Desencantos ligeros o profundos. ¿Cómo ser lúcido y entender, comprender y vivir la verdad? ¿Se puede? Verdad sostenida por varias manos, las tuyas, las del otro, y otras más.
Y si el desencanto llega, tal vez seamos nosotros los que debamos preguntarnos si lo hemos intentado del todo, si hemos agotado el último haz, la última lucha, la última estrella. O si símplemente hemos perdido nuestra capacidad para emocionarnos. ¿Apoyarse en los demás para que nos ayuden a recoger la estela, el rastro del azar, el aura de la espiral?
Caprichosos los destinos. Desconocidas las respuestas. Desencantos ligeros o profundos. ¿Cómo ser lúcido y entender, comprender y vivir la verdad? ¿Se puede? Verdad sostenida por varias manos, las tuyas, las del otro, y otras más.
domingo, noviembre 26, 2006
Aquí, y en Tierra Caliente y Ciudad de México antes de mi tierra charra y serrana
Un poquito más hasta volver a casa, a Salamanca, a Lagunilla. Tres semanas de final de trimestre, una última entrega de energía. Celebraremos el solsticio de invierno y con gusto, seremos testigos de esos días que poco a poco se irán haciendo más largos. Paseos, caminatas, olor a montaña, humo de chimenea. Y vosotros.
Por ahora, ese recogimiento que trae el frío, las noches silenciosas. Por ahora, preparar un viaje más, de fin de semana, a la Ciudad de México y a Tierra Caliente. Fue hace un año cuando estuve allí por última vez, en septiembre, en el congreso de música tradicional mexicana. Fue un viaje breve, de días contados para estar en el congreso, presentar un trabajo, ir a Tierra Caliente a ver a don Juan Reynoso -el violinista con quien estuve haciendo mi trabajo de campo en el 2003 y con quien aprendí a tocar sones y gustos calentanos-, llevarle una copia de mi tesis sobre la música calentana y, más que nada, estar con él un rato y tocar para él.
Viaje también de pasar la mayor cantidad de tiempo posible con la familia López Méndez, de los últimos días compartidos con Rubén -sin saber eso en aquel momento- y de compartir también con nuestro gran amigo Ernesto Anaya, una persona especial, talentosísimo músico de insuperable versatilidad.
Anticipando ahora la visita a Mariquita, que ahora está sola, y a don Juan, que ya tiene 94 años. Anticipando, claro, el festival cuyo anuncio así reza:
¡A que dan ganas de ir! ¿Quién se anima?
Por ahora, ese recogimiento que trae el frío, las noches silenciosas. Por ahora, preparar un viaje más, de fin de semana, a la Ciudad de México y a Tierra Caliente. Fue hace un año cuando estuve allí por última vez, en septiembre, en el congreso de música tradicional mexicana. Fue un viaje breve, de días contados para estar en el congreso, presentar un trabajo, ir a Tierra Caliente a ver a don Juan Reynoso -el violinista con quien estuve haciendo mi trabajo de campo en el 2003 y con quien aprendí a tocar sones y gustos calentanos-, llevarle una copia de mi tesis sobre la música calentana y, más que nada, estar con él un rato y tocar para él.
Anticipando ahora la visita a Mariquita, que ahora está sola, y a don Juan, que ya tiene 94 años. Anticipando, claro, el festival cuyo anuncio así reza:
Sean, por este medio, convidados al 4º Festival Cultural de la Tierra Caliente Caliente, que se realizará del 1 al 3 de diciembre en Churumuco, Zicuirán y Arteaga, justo donde se juntan el Balsas y el Tepalcatepec, en las presas construidas por el general Cárdenas.
Se trata de un fandango con músicos y bailadores tradicionales de la región, que va de Guerrero a Jalisco y Colima.
En esta ocasión está dedicado a un par de excelentes violinistas, don Leandro Corona de 99 años y el Huache don José Jiménez de solo 87. Ambos formaron parte del legendario conjunto de arpa grande de Zicuirán, y preservan una tradición añeja, difícil y hermosa, para mi gusto, la que tiene más expresividad en el son tradicional de México; ya sé que parecerá jalada chovinista por ser un cocho "puro Michoacán", pero no, si tienen oportunidad de conseguir el disco del conjunto que grabó Corason (del cual no le llegan regalías a los músicos) se darán cuenta que no es cosa mía.
Esta región tuvo una fuerte herencia del Sahel, muchos mandingas y de otras naciones se amalgamaron con los nahuas y p'urhèpecha creando a los cochos de pu'allá, claro que con sus gitanos y andaluces.
El arpa grande de 36 cuerdas fue el símil que encontraron de su Kora africana, un arpa hecha con un calabazo de gran dimensión y 22 cuerdas, la cual en Africa siempre se percute por un aprendiz, y que en la región lleva un fuerte tamboreo, que según dicen los entendidos, es de origen bantú; que ademàs se contrapuntea con un zapateo complejo que ya quisieran los maestros de folclor.
Esa música fuertemente percusiva, pero con ritmos cruzados, se acompaña con un canto altísimo, meslimas y ayyeos a veces en tres voces distintos que hacen a la música los "aullidos" que los europeos achacan a la música de los africanos y sus descendientes. Además de esas ventajas, pues encontrarán reunidos a más de 10 grupos de música tradicional con sus bailadores en un solo lugar, habrá talleres, que en realidad son presentaciones para que conozcan a los músicos, y luego todo es baile y tocar, los que sepan, versar los menos, chupar mezcalito de Zihuaquio y ver los que no sabemos hacer nada; pero eso sí, diversión, satisfacción y entendimiento garantizado, o les devolvemos sus piquetes de mosco.
(Jorge Amos Martínez, uno de los organizadores del festival.)
¡A que dan ganas de ir! ¿Quién se anima?
sábado, noviembre 25, 2006
Facetas de músico
Hoy no es tocar un concierto, dar un taller, dar clase. Hoy es grabar, esa otra faceta de la música, difícil e intensa como otros muchos aspectos de lo musical. Apenas si estamos terminando de grabar un disco con Sotavento y hoy empezamos un nuevo proyecto con Xtring Quartet. No sospeché que íbamos a ser capaces de grabar tanto en una tarde, once temas entre bambucos, pasillos, danzas y guabinas. (Claro que todo es relativo y que no estamos grabando un cuarteto de cuerda de Brahms o de Mendelssohn, o una sonata de Tapia Colma o de Persichetti.) Elegimos temas que son menos conocidos o menos tocados dentro del repertorio de la música tradicional andina colombiana, temas que nos gustan. Bandola, mandolina, violín, tiple, guitarra, bajo y cuatro llanero. Xtring quartet. Enrique, Selim, Pancho y yo. Ni siquiera hace una año que empezamos a tocar juntos esta música que nos tiene un poco hechizados y ya estamos grabando. El recorrido está siendo maravilloso. Las horas pasan deprisa. La realidad de una grabación se convierte en una carga ligera cuando hay buen humor. Luego vendrá ese otro trabajo de editar y mezclar que exige ser paciente y estar infinitamente alerta. Por ahora, el gusto de seguir tocando juntos, disfrutar la compañía y seguir soñando música y músicas.
viernes, noviembre 24, 2006
La fuerza de la vida en Paul y René
Sabemos que la vida contiene la muerte, que la muerte es parte de la vida. Ambiciosas y fecundas, ambas son parte de un ciclo que es inevitable.
Paul, trabajaste mucho toda tu vida y tu trabajo fue importante y significativo para muchas personas. Tu cariño también. Ahora nos dejas pero te seguiremos recordando. Tu fuerza de vida y tu gran voluntad luchando contra la enfermedad me hacen pensar mucho en René Villanueva, nuestro amigo del grupo mexicano Los Folkloristas. Hoy leo este artículo del 2002 escrito en homenaje a René, un año después de su muerte, y vuelvo a pensar en esa fortaleza de espíritu y ese carisma que algunas personas poseen y que nos causan admiración. Maravilloso. La conexión de Paul y René con México me lleva también a pensar en el admirado escritor mexicano, Octavio Paz. Él dice:
Paul, trabajaste mucho toda tu vida y tu trabajo fue importante y significativo para muchas personas. Tu cariño también. Ahora nos dejas pero te seguiremos recordando. Tu fuerza de vida y tu gran voluntad luchando contra la enfermedad me hacen pensar mucho en René Villanueva, nuestro amigo del grupo mexicano Los Folkloristas. Hoy leo este artículo del 2002 escrito en homenaje a René, un año después de su muerte, y vuelvo a pensar en esa fortaleza de espíritu y ese carisma que algunas personas poseen y que nos causan admiración. Maravilloso. La conexión de Paul y René con México me lleva también a pensar en el admirado escritor mexicano, Octavio Paz. Él dice:
¿Morir será dejar de ser y, definitivamente, estar? ¿Quizás la muerte sea la ida verdadera? ¿Quizás nacer sea morir y morir, nacer? Nada sabemos. Mas aunque nada sabemos, todo nuestro ser aspira a escapar de estos contrarios que nos desgarran. Pues si todo (conciencia de sí, tiempo, razón, costumbres, hábitos) tiende a hacer de nosotros los expulsados de la vida, todo también nos empuja a vover, a descender al seno creador de donde fuimos arrancados. Y le pedimos al amor -que, siendo deseo, es hambre de comunión, hambre de caer y morir tanto como de renacer- que nos dé un pedazo de vida verdadera, de muerte verdadera. No le pedimos la felicidad, ni el reposo, sino un instante, sólo un instante, de vida plena, en la que se fundan los contrarios y vida y muerte, tiempo y eternidad, pacten. Oscuramente sabemos que vida y muerte no son sino dos movimientos, antangónicos pero complementarios, de una misma realidad. Creación y destrucción se funden en el acto amoroso; y durante una fracción de segundo el hombre entrevé un estado más perfecto. (Octavio Paz, en "El laberinto de la soledad".)
jueves, noviembre 23, 2006
En calma
Nunca pienso a México con nieve. Pero ocurre. Como en la región de la sierra del estado de Veracruz o en otras partes del país. En un país tan grande, los contrastes de clima se multiplican. Es solo que nunca esos climas los pienso tan inclementes como el de aquí, aunque tal vez lo sean para quien allí vive. Cambios climáticos recorriendo los rincones del universo, débil equilibrio entre nuestras formas de vida exigiéndole demasiado a la tierra y lo que el propio ciclo de la naturaleza ofrece.
No sé por qué mis primeras palabras de hoy escriben acerca de esto. Frente a la ventana, siento cómo la luz del día se va apagando. Solo se puede disfrutar de esa luz clara cuando el día ha sido luminoso, robado del invierno. Y tal vez sea por eso que recuerdo las noticias de ayer acerca del frío en algunas partes de México. Tal vez porque casi todos los días de Thanksgiving que he vivido aquí han sido fríos y oscuros, con o sin nieve. Hoy no. Hay silencio afuera. Calma. Salgo dentro de poco para estar con unos amigos, cenar con ellos. Vino y fruta fresca en mi canastillo. Luego nos sumaremos a otros amigos para tocar música y hacer que la tarde-noche sea larga y cálida, como la luz de este día que ya empieza a quererse ir a dormir.
No sé por qué mis primeras palabras de hoy escriben acerca de esto. Frente a la ventana, siento cómo la luz del día se va apagando. Solo se puede disfrutar de esa luz clara cuando el día ha sido luminoso, robado del invierno. Y tal vez sea por eso que recuerdo las noticias de ayer acerca del frío en algunas partes de México. Tal vez porque casi todos los días de Thanksgiving que he vivido aquí han sido fríos y oscuros, con o sin nieve. Hoy no. Hay silencio afuera. Calma. Salgo dentro de poco para estar con unos amigos, cenar con ellos. Vino y fruta fresca en mi canastillo. Luego nos sumaremos a otros amigos para tocar música y hacer que la tarde-noche sea larga y cálida, como la luz de este día que ya empieza a quererse ir a dormir.
miércoles, noviembre 22, 2006
Comenzar con una sonrisa
martes, noviembre 21, 2006
Cuando llegó Skinny Semkita
Estás llegando ahora, con el otoño que se esconde, que no acierta a saber si es norte o si es sur en su brújula incierta. Y es que la brújula es interior, con el horizonte de la felicidad que nos riega o nos abandona como las líneas terrenales que se cruzan con las etéreas, las más fieles.
Y aquí me tienes, apegada a ti, irresistible y solitaria, buceando entre los orificios de tu cuerpo, asomando entre sueños que se deslizan para llamarme y entre los que me voy encontrando para nombrarte, nombrar al otro, para quererte en silencio, como casi siempre, porque al fin y al cabo somos a solas lo que somos y la vertiente humedecida del otro no ahonda sino una pequeñísima parte de lo que en esencia se desliza por nuestras venas y nos nombra intimidad, incipiente verdad cambiante, cumbre a veces, solitario festín de soledades que llegan a ser presencias. Semkita, ¿quienes somos?. Ahora recuerdo, maga, ahora el tono de hace tiempo, pero también de hace poco porque me ayudas a ser presente a través de tu memoria.
Aquí me tienes, con la luna creciente y los puntos cardinales asomados al revés, entrometidos en la vertiginosa sospecha de la espiral interminable. También aquí, acunada al despertar, mecida por tu abrazo que no protege distancias sino que las abandona para acercarse hasta aquí y llevarme a tu lado, fiel hermana, siempre velando la ruta interior de nuestros corazones y nuestros días. También aquí, sospechando tu intensidad, asomando al vínculo inviolable de la sabiduría del querer.
Y aquí me tienes, apegada a ti, irresistible y solitaria, buceando entre los orificios de tu cuerpo, asomando entre sueños que se deslizan para llamarme y entre los que me voy encontrando para nombrarte, nombrar al otro, para quererte en silencio, como casi siempre, porque al fin y al cabo somos a solas lo que somos y la vertiente humedecida del otro no ahonda sino una pequeñísima parte de lo que en esencia se desliza por nuestras venas y nos nombra intimidad, incipiente verdad cambiante, cumbre a veces, solitario festín de soledades que llegan a ser presencias. Semkita, ¿quienes somos?. Ahora recuerdo, maga, ahora el tono de hace tiempo, pero también de hace poco porque me ayudas a ser presente a través de tu memoria.
Aquí me tienes, con la luna creciente y los puntos cardinales asomados al revés, entrometidos en la vertiginosa sospecha de la espiral interminable. También aquí, acunada al despertar, mecida por tu abrazo que no protege distancias sino que las abandona para acercarse hasta aquí y llevarme a tu lado, fiel hermana, siempre velando la ruta interior de nuestros corazones y nuestros días. También aquí, sospechando tu intensidad, asomando al vínculo inviolable de la sabiduría del querer.
lunes, noviembre 20, 2006
Hemisferios
Tú en el hemisferio sur, yo en el norte. Tú preparándote para el verano, yo viviendo ya casi el invierno, aunque disfrutando de los pocos días que tal vez queden sin frío, con sol, sol sabio que despierta y reaviva rincones y que tanto se agradece.
Siempre me han llamado la atención esas polaridades, esos hemisferios en los que nos movemos, las estaciones, las diferentes celebraciones que en cada país definen la geografía de las semanas en que aparecen, las distintas formas de celebrar y las "astrologías" que determinan y definen colores locales, regionales o nacionales.
Una nueva etapa de trabajo, una nueva semana, breve (el jueves es el día de acción de gracias -Thanksgiving-, una de las celebraciones que siento que más a fondo se vive en esta sociedad).
Siempre me han llamado la atención esas polaridades, esos hemisferios en los que nos movemos, las estaciones, las diferentes celebraciones que en cada país definen la geografía de las semanas en que aparecen, las distintas formas de celebrar y las "astrologías" que determinan y definen colores locales, regionales o nacionales.
Una nueva etapa de trabajo, una nueva semana, breve (el jueves es el día de acción de gracias -Thanksgiving-, una de las celebraciones que siento que más a fondo se vive en esta sociedad).
domingo, noviembre 19, 2006
Sabores mexicanos
Ya desde ayer la casa se llena de olores peculiares, olores que casi hasta le pertenecen a la estación del año. Son olores "mexicanos", ricos, exquisitos y casi extravagantes, diferentes a todo -como mucho de la comida mexicana que hereda las tradiciones indígenas y las multiplica y fortalece con lo importado, pero siempre particular y sui géneris-. Huele a canela, a naranja hervida, a calabaza. Naranja agria, achiote, piloncillo, clavo, dulce, hojas de plátano. Estamos preparando calabaza en tacha. Ya hace tres semanas la niña Ilana me regaló una calabacita que recogió de su huerta. Esa calabaza, que hasta tenía ojos y nariz por coincidencia y capricho, ahora está en una olla, partida y cortada, cocida con piloncillo (azucar sin refinar), canela, cáscara de naranjas y guayabas. (En la biblioteca cibernética se pueden encontrar recetas para la calabaza en tacha como esta (en español) o esta (en inglés)).
El menú para la cena de hoy es sencillo: tacos de cochinita pibil servidos con arroz y frijoles, calabaza en tacha de postre, guacamole y queso fresco de entrada. No mucho más. Simple. Comida de rancho, como dirían en la Tierra Caliente de Guerrero. Ninguna ocasión especial para la celebración. O la más especial. Es solo que necesitamos estar con los amigos, compartir una comida especial juntos. Es solo que Pancho es un excelente cocinero y la comida yucateca que prepara, exquisita. Llevábamos ya tiempo con ganas de volver a probar no solo la cochinita pibil sino la que él prepara. Después de que el tema haya surgido en varias ocasiones entre varios amigos, la petición se ha convertido en legítima, casi necesaria: oficialmente decidimos nombrar a Francisco López, alias Pancho, chef del día y chef del año si preparaba ese platillo especial. Típico de Yucatán, pib significa hoyo en maya: es el hoyo que se hace en la tierra para hornear carnes, pescados u otros alimentos elegidos.
No preparamos una cochinita entera sino una pierna de 15 libras (unos 7 kilos). (Aquí hay una receta para la cochinita pibil en español y aquí en inglés). Anoche comenzamos el proceso de preparación. Alberto y Kathleen quisieron estar desde el principio. Genial. Aquí aparecen algunas fotos de este delicioso platillo preparado por manos de puertoriqueños y de ciudadanos de un mundo sin fronteras físicas
Por ahora, esto. Luego vendrán los tacos en tortillas de maíz, la carne sin estar seca y rociada con un poco de los jugos que ha soltado la carne al hacerse (muy sano).
Toda la casa huele ahora a la pobre cochinita sacrificada para nuestro propio deleite. Somos vegetarianos pero comemos carne.
Hemos disfrutado mucho. Buena comida y compañía inmejorable. Hasta la siguiente.
Calabaza en tacha empezando a cocerser
El menú para la cena de hoy es sencillo: tacos de cochinita pibil servidos con arroz y frijoles, calabaza en tacha de postre, guacamole y queso fresco de entrada. No mucho más. Simple. Comida de rancho, como dirían en la Tierra Caliente de Guerrero. Ninguna ocasión especial para la celebración. O la más especial. Es solo que necesitamos estar con los amigos, compartir una comida especial juntos. Es solo que Pancho es un excelente cocinero y la comida yucateca que prepara, exquisita. Llevábamos ya tiempo con ganas de volver a probar no solo la cochinita pibil sino la que él prepara. Después de que el tema haya surgido en varias ocasiones entre varios amigos, la petición se ha convertido en legítima, casi necesaria: oficialmente decidimos nombrar a Francisco López, alias Pancho, chef del día y chef del año si preparaba ese platillo especial. Típico de Yucatán, pib significa hoyo en maya: es el hoyo que se hace en la tierra para hornear carnes, pescados u otros alimentos elegidos.
No preparamos una cochinita entera sino una pierna de 15 libras (unos 7 kilos). (Aquí hay una receta para la cochinita pibil en español y aquí en inglés). Anoche comenzamos el proceso de preparación. Alberto y Kathleen quisieron estar desde el principio. Genial. Aquí aparecen algunas fotos de este delicioso platillo preparado por manos de puertoriqueños y de ciudadanos de un mundo sin fronteras físicas
Cochinita lista para que envolverla en el adobo del achiote y las naranjas amargas
Alberto y Kathleen empezando a poner el achiote y cortando las cebollas para macerarlas en vinagre y luego servirlas sobre la carne
Lo que hace especial al platillo es también el sabor que le da la hoja de plátano que envuelve a la carne mientras se está en el pib artificial. Después de tres horas de horno, ese es el momento para rociarla con zumo de naranja y hornearla destapada para que la corteza (el cuerito) se tuestePor ahora, esto. Luego vendrán los tacos en tortillas de maíz, la carne sin estar seca y rociada con un poco de los jugos que ha soltado la carne al hacerse (muy sano).
Toda la casa huele ahora a la pobre cochinita sacrificada para nuestro propio deleite. Somos vegetarianos pero comemos carne.
* * *
Seis o siete horas más tarde retomo el comentario. Quiero subir las últimas fotos para contemplar el proceso de la pobre cochinita en toda su extensiónRecién sacada del horno
Empezando a ser desmenuzada Lista para los tacos Los tacos de cochinita pibil con su cebolla por encima, arroz y frijoles
Por indiscutible unanimidad, Pancho obtuvo el título de mejor chef del día y del año, y subió el listón de la hermana república de Yucatán mucho más alto. No digamos el listón de la comida mexicana en general.Hemos disfrutado mucho. Buena comida y compañía inmejorable. Hasta la siguiente.
sábado, noviembre 18, 2006
Recital
Toda una aventura entregarse a este afan maravilloso de enseñar a niños y menos niños a tocar violín y a adentrarse en el mundo de la música. Toda una aventura descubrir la entrega, el tiempo que lleva aprender algo, una pieza, prepararla para interpretarla para los demás, en concierto. No importa si es canción breve, tema más largo, un movimiento de una sonata, de un concierto. Fascinante la aventura personal que entra en juego, lo que involucra, el quehacer de todos. Y una satisfacción infinita poder sentarse a escuchar a todos y cada uno: cada pieza tiene una historia que pertenece a cada uno de vosotros, un pasado, un presente, cada frase una forma de ser, un cuento para el relato. Y sobre todo, al final de la obra, ese sello maravilloso que las personalidades de cada uno imprimen en la música. Es nuestra interpretación la que la hace viva. Es nuestro entusiasmo y dedicación la que nos la trae como regalo una y otra vez.
“Music favors the impulse of an inner life and brings forth our essential human possibilities: will, sensitivity, love, intelligence and creative imagination.” (E. Willems)
“Music favors the impulse of an inner life and brings forth our essential human possibilities: will, sensitivity, love, intelligence and creative imagination.” (E. Willems)
viernes, noviembre 17, 2006
Edades en tu cumpleaños
Es tu cumpleaños. Te llamo para felicitarte. Salgo a caminar cuando el sol asoma entre rendijas. Camino y voy pensando en tí. Naciste hace veinte años. Recuerdo muy bien tu infancia. Recuerdo especialmente tus veranos, el tiempo que mamá pasaba contigo, los mimos y el cuidado que te otorgaba. Eras un niño grande y risueño. Mucho ha pasado desde entonces.
Comprendo tus veinte, o los miro con ese entendimiento que esta edad mía me deja, una edad en la que aun la memoria es fiel a lo vivido en mis propios veinte, que convive con ella misma, con otras más jóvenes y con otras mucho más mayores también. (¿No será que más que edad es personalidad?).
Alguien me dijo una vez que cuando se cumplen los cuarenta se empieza a ser más feliz. No creo que haya una norma ni que las edades traigan etiqueta. Sí, cierta calma empieza a fortalecerse por dentro. Pero siguen surgiendo laberintos y las emociones siguen siendo ambiciosas. La vida, vivida con intensidad. Es una intensidad distinta, una plenitud diferente. Pero nada es permanente, inmóvil. Ni a esta ni a otro edad. La única estabilidad viene de un centro que va fortaleciéndose con la búsqueda de su propio equilibrio.
Que la vida nos siga seduciendo. Que podamos seguir sintiendo su intensidad, idas y venidas, espirales, vueltas, encuentros y desencuentros. A cualquier edad. Y que todo lo podamos vivir con lujo de emociones y claridad de pensamientos.
Comprendo tus veinte, o los miro con ese entendimiento que esta edad mía me deja, una edad en la que aun la memoria es fiel a lo vivido en mis propios veinte, que convive con ella misma, con otras más jóvenes y con otras mucho más mayores también. (¿No será que más que edad es personalidad?).
Alguien me dijo una vez que cuando se cumplen los cuarenta se empieza a ser más feliz. No creo que haya una norma ni que las edades traigan etiqueta. Sí, cierta calma empieza a fortalecerse por dentro. Pero siguen surgiendo laberintos y las emociones siguen siendo ambiciosas. La vida, vivida con intensidad. Es una intensidad distinta, una plenitud diferente. Pero nada es permanente, inmóvil. Ni a esta ni a otro edad. La única estabilidad viene de un centro que va fortaleciéndose con la búsqueda de su propio equilibrio.
Que la vida nos siga seduciendo. Que podamos seguir sintiendo su intensidad, idas y venidas, espirales, vueltas, encuentros y desencuentros. A cualquier edad. Y que todo lo podamos vivir con lujo de emociones y claridad de pensamientos.
jueves, noviembre 16, 2006
Sin un día y dilema
Ayer se fue demasiado deprisa, sin tiempo, sin apenas un respiro. Creo que si el día tuviera más horas, seguiríamos así, haciendo cosas, queriendo poner una ficha más en el rompecabezas, añadir un detalle más en esa pincelada de acuarela. No nos damos cuenta de que jamás se termina. Siempre hay algo más por hacer.
Mientras eso me digo, a un dilema le nacen alas. No me lo planteo. Juego con la idea.
Ayer alguien me contaba de su amigo, alguien que técnicamente vive en Florida.
- ¿Qué quieres decir con eso de técnicamente?
- Sí, técnicamente digo porque mi amigo trabaja como chef en un yate privado y es ahí donde ahora mismo vive.
Se me ocurrió preguntarle como cuánto ganaba un chef con un trabajo así.
- En una temporada de tour, de tres meses, de Mediterráneo, pueden ganar hasta 25,000 dólares. Además, hay buenas propinas. Por eso es un trabajo atractivo para muchos, trabajas tres o cuatro meses y tienes el resto del tiempo para tí.
Umm... Dilema... ¿Dilema?... ¿Sería mejor ser cocinero que músico?.
Uno de los días en que estuvimos en San Juan, desayunando en la cafetería Mallorca*, conocimos a un saxofonista que trabajaba en un crucero. Él y sus tres hermanos tienen un grupo de música y viven de eso, de amenizar soirées musicale en el crucero. Viajan por el mundo. Chef y yate; músico y crucero. Cada profesión tiene mil caras, muchas facetas, mil escondites, muchos pliegues. Cuando algo sugiere imágenes de cocineros o de músicos, ¿cuántas veces pensamos en ell@s trabajando en yates o cruceros?
Umm... Dilema... ¿Dilema?... Chef y músico. Músico y chef. Chef por algunos meses, músico de por vida. Imposible arrancarse esta pasión.
*sí, en la que venden ensaimadas que se llaman mallorcas y que se parecen a las famosas ensaimadas mallorquinas españolas, solo que en esta cafetería la tradición es comerlas tostadas con mantequilla
Mientras eso me digo, a un dilema le nacen alas. No me lo planteo. Juego con la idea.
Ayer alguien me contaba de su amigo, alguien que técnicamente vive en Florida.
- ¿Qué quieres decir con eso de técnicamente?
- Sí, técnicamente digo porque mi amigo trabaja como chef en un yate privado y es ahí donde ahora mismo vive.
Se me ocurrió preguntarle como cuánto ganaba un chef con un trabajo así.
- En una temporada de tour, de tres meses, de Mediterráneo, pueden ganar hasta 25,000 dólares. Además, hay buenas propinas. Por eso es un trabajo atractivo para muchos, trabajas tres o cuatro meses y tienes el resto del tiempo para tí.
Umm... Dilema... ¿Dilema?... ¿Sería mejor ser cocinero que músico?.
Uno de los días en que estuvimos en San Juan, desayunando en la cafetería Mallorca*, conocimos a un saxofonista que trabajaba en un crucero. Él y sus tres hermanos tienen un grupo de música y viven de eso, de amenizar soirées musicale en el crucero. Viajan por el mundo. Chef y yate; músico y crucero. Cada profesión tiene mil caras, muchas facetas, mil escondites, muchos pliegues. Cuando algo sugiere imágenes de cocineros o de músicos, ¿cuántas veces pensamos en ell@s trabajando en yates o cruceros?
Umm... Dilema... ¿Dilema?... Chef y músico. Músico y chef. Chef por algunos meses, músico de por vida. Imposible arrancarse esta pasión.
*sí, en la que venden ensaimadas que se llaman mallorcas y que se parecen a las famosas ensaimadas mallorquinas españolas, solo que en esta cafetería la tradición es comerlas tostadas con mantequilla
martes, noviembre 14, 2006
Noviembre y viajar
Fue prematuro el anuncio de la nieve. No llegó para quedarse. La hierba vuelve a resurgir tímidamente y las hojas secas en los árboles tienen una oportunidad más para acabarse de caer. Pero ahora sí se siente ya el noviembre que trae el invierno, los brazos de los árboles desnudos, las calles sin el cobijo de las ramas. Desnudez. La otra belleza.
Luces para la navidad comienzan a asomar en algunas casas. ¿No es demasiado pronto? Tal vez sea mejor así, iluminar las casas en esta época del año en que las noches llegan demasiado temprano y el sol amenaza constantemente con esconderse tras las nubes. Tal vez un buen momento para pensar en el próximo viaje. A propósito de viajes, ayer JF me manda este artículo, Humillante, de uno de mis columnistas favoritos de El País, Juan José Millas. Desde septiembre de 2001, viajar en avión se ha convertido en un dolor de cabeza por la seguridad y revisiones por las que se tiene que pasar. Con el tiempo, esos controles siguen recrudeciéndose. Y cada vez que hay una "alerta roja", es mejor asegurarse de llegar al aeropuerto con horas de antelación. Menos mal que al final del viaje, los destinos suelen recompensar todas las precariedades.
Humillante, por Juan José Millas
[EL PAÍS - - 10-11-2006]
Pese a la apariencia de laicidad en la que vivimos instalados, nunca hemos sido tan religiosos. Ahora nuestro Dios es Alá, puesto que a él se atribuye en última instancia esta normativa que ha caído del cielo como la gota fría. No lo he descubierto yo, sino un funcionario de la T-4 madrileña con el que me animé a compartir mi perplejidad. Me pidió que no le echara la culpa al PSOE ni al PP ni a CiU, ni siquiera al tripartito. Me dijo literalmente que la culpa era de Alá. De modo que no queríamos Dios y tenemos dos tazas. Si de verdad fuéramos laicos y demócratas, ningún Estado se atrevería a humillarnos con estas prácticas religiosas.
De momento tenemos que atravesar el arco medio desnudos, con la tarjeta de embarque en la boca y haciendo equilibrios con las bandejas en las que hemos agrupado obsesivamente los objetos por densidades. Lo de los 100 mililitros, créanme, carece de importancia. El problema será cuando no nos dejen pasar con toda la masa encefálica. O con cantidades de pensamiento superiores a las permitidas por la directiva europea o por Alá. Aunque quizá esas restricciones hayan entrado ya en vigor sin que seamos conscientes de ello. Ninguna sociedad con un pensamiento entero se habría tragado esta imposición. El fundamentalismo religioso ha ganado la guerra.
Luces para la navidad comienzan a asomar en algunas casas. ¿No es demasiado pronto? Tal vez sea mejor así, iluminar las casas en esta época del año en que las noches llegan demasiado temprano y el sol amenaza constantemente con esconderse tras las nubes. Tal vez un buen momento para pensar en el próximo viaje. A propósito de viajes, ayer JF me manda este artículo, Humillante, de uno de mis columnistas favoritos de El País, Juan José Millas. Desde septiembre de 2001, viajar en avión se ha convertido en un dolor de cabeza por la seguridad y revisiones por las que se tiene que pasar. Con el tiempo, esos controles siguen recrudeciéndose. Y cada vez que hay una "alerta roja", es mejor asegurarse de llegar al aeropuerto con horas de antelación. Menos mal que al final del viaje, los destinos suelen recompensar todas las precariedades.
Humillante, por Juan José Millas
[EL PAÍS - - 10-11-2006]
Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que las medidas de "seguridad" adoptadas a partir de esta semana en los aeropuertos son una locura. Nada es más inseguro ni humillante que cruzar un arco antimetales descalzo y sujetándote los pantalones ante la mirada irónica o suspicaz de un grupo de uniformados. La seguridad a ese precio es sólo precio. El problema es dónde protestar, porque, si lo hemos entendido bien, se trata de una "directiva europea", es decir, no sabemos quién es exactamente el paranoico al que se le ha ocurrido. El interruptor de la luz lo maneja un alemán y el tránsito aeroportuario un belga. Como ven, todo muy tranquilizador. Afirmar que se trata de una "directiva europea" es tanto como atribuir la decisión a Dios, lo que no está mal si pensamos que Dios siempre ha sido partidario, en todas las culturas, de fomentar el miedo, el susto, el castigo, el delirio de persecución.
Pese a la apariencia de laicidad en la que vivimos instalados, nunca hemos sido tan religiosos. Ahora nuestro Dios es Alá, puesto que a él se atribuye en última instancia esta normativa que ha caído del cielo como la gota fría. No lo he descubierto yo, sino un funcionario de la T-4 madrileña con el que me animé a compartir mi perplejidad. Me pidió que no le echara la culpa al PSOE ni al PP ni a CiU, ni siquiera al tripartito. Me dijo literalmente que la culpa era de Alá. De modo que no queríamos Dios y tenemos dos tazas. Si de verdad fuéramos laicos y demócratas, ningún Estado se atrevería a humillarnos con estas prácticas religiosas.
De momento tenemos que atravesar el arco medio desnudos, con la tarjeta de embarque en la boca y haciendo equilibrios con las bandejas en las que hemos agrupado obsesivamente los objetos por densidades. Lo de los 100 mililitros, créanme, carece de importancia. El problema será cuando no nos dejen pasar con toda la masa encefálica. O con cantidades de pensamiento superiores a las permitidas por la directiva europea o por Alá. Aunque quizá esas restricciones hayan entrado ya en vigor sin que seamos conscientes de ello. Ninguna sociedad con un pensamiento entero se habría tragado esta imposición. El fundamentalismo religioso ha ganado la guerra.
lunes, noviembre 13, 2006
Aprender
Difícil aprender a tocar un instrumento, aprender a tocar violín, ser paciente con ese proceso lento de un aprendizaje que involucra aspectos fundamentales del ser humano: intelectualidad, afectividad, motricidad. Cada persona aprende de una forma diferente. Somos cerebrales, intuitivos, naturales, ajenos, cercanos, artificiales. Cuánto lo sentimos nuestro, cuánto lo hacemos nuestro, cuánto lo sentimos impuesto. Cuánto lo deseamos, lo inventamos, lo creamos. Las tendencias personales se revelan rápidamente y las individualidades aparecen de inmediato para convertir ese aprendizaje en algo muy personal, para insinuar al músico completo y creativo. Asombra pensar cómo el rompecabezas se va componiendo: aprender a escuchar, a vivir el ritmo, a sentir el sonido, a imaginar la interpretación, a expresar una música que hacemos nuestra a través de nuestra propia expresión. Cada logro conlleva mucho trabajo y mucha paciencia. Aprender a colocar un dedo, otro, a mover el arco, a controlar movimientos verticales, horizontales, a sentir el espacio.
¿Cómo vivir la afectividad de la música cuando hay mil cosas que cuidar técnicamente?. Da tiempo. Ocuparse de varias cosas a la vez es algo que también se aprende, se trabaja, o viene de forma natural: lees música, la imaginas, la sientes, tus músculos recuerdan determinados movimientos, la mente se acostumbra a pensar de cierta forma para poder controlar las tecnicalidades y los contratiempos si es que llegan, e incluso queda espacio para controlar la emotividad…¿O es el impulso afectivo el que maneja esa emoción y esa expresión que en última instancia es lo que nos enamora cuando escuchamos a alguien tocar con el sonido que más nos llega?
Y enseñar-aprender es un proceso que va más allá de lo puramente técnico, afectivo, intelectual. Quienes y cómo somos están presente en cada momento. Cómo vivimos el proceso de aprendizaje también. Y el mejor regalo... que la persona sea vibrante y creativa.
¿Cómo vivir la afectividad de la música cuando hay mil cosas que cuidar técnicamente?. Da tiempo. Ocuparse de varias cosas a la vez es algo que también se aprende, se trabaja, o viene de forma natural: lees música, la imaginas, la sientes, tus músculos recuerdan determinados movimientos, la mente se acostumbra a pensar de cierta forma para poder controlar las tecnicalidades y los contratiempos si es que llegan, e incluso queda espacio para controlar la emotividad…¿O es el impulso afectivo el que maneja esa emoción y esa expresión que en última instancia es lo que nos enamora cuando escuchamos a alguien tocar con el sonido que más nos llega?
Y enseñar-aprender es un proceso que va más allá de lo puramente técnico, afectivo, intelectual. Quienes y cómo somos están presente en cada momento. Cómo vivimos el proceso de aprendizaje también. Y el mejor regalo... que la persona sea vibrante y creativa.
domingo, noviembre 12, 2006
Días sin más
A veces los días se dejan ir así, como si vinieran amablemente y se fueran de la misma forma, sin exigencias, sin prisas. Las cosas que en ellos pasan tienen su razón de ser y cada momento, su color, el que sea, el que tú le des. Son días que llevan esa insignia de calma, de sosiego, de perderse entre sus rincones. Te pierdes y apareces más tarde, sin saber muy bien qué has hecho, cómo fue que ese tiempo se deslizó, a dónde se fue.
Pero sí, hubo un ensayo largo, las manos dejándose llevar por la memoria, conversaciones distraídas y sin ambiciones, una cena sencilla en un restaurante vietnamita donde la comida siempre se siente fresca, casi casera y -como diría una buena amiga- honesta. Y ya cuando regresas, de noche, piensas que sería bueno que fuera sábado de nuevo para poder tener un día más para tí, volver a vivirlo con esa calma y sosiego, divagar sin rumbo, hacer pero como hacer.
Termino de ordenar las fotos del viaje a Puerto Rico. Todo viene de nuevo: momentos, sensaciones, colores, personas, formas, lenguajes, sabores, olores, luces, paisajes, silencios, conversaciones, músicas. Vida. Esta imagen se me queda en la mente. Es del atardecer del sábado, hace casi ya una semana. Íbamos camino a Guayama.
Pudimos escuchar al sol deslizarse tras las nubes, hacer su recorrido diario para dar paso a una noche necesaria, a una luna llena que quería pasear su hermosura.
Pero sí, hubo un ensayo largo, las manos dejándose llevar por la memoria, conversaciones distraídas y sin ambiciones, una cena sencilla en un restaurante vietnamita donde la comida siempre se siente fresca, casi casera y -como diría una buena amiga- honesta. Y ya cuando regresas, de noche, piensas que sería bueno que fuera sábado de nuevo para poder tener un día más para tí, volver a vivirlo con esa calma y sosiego, divagar sin rumbo, hacer pero como hacer.
Termino de ordenar las fotos del viaje a Puerto Rico. Todo viene de nuevo: momentos, sensaciones, colores, personas, formas, lenguajes, sabores, olores, luces, paisajes, silencios, conversaciones, músicas. Vida. Esta imagen se me queda en la mente. Es del atardecer del sábado, hace casi ya una semana. Íbamos camino a Guayama.
Pudimos escuchar al sol deslizarse tras las nubes, hacer su recorrido diario para dar paso a una noche necesaria, a una luna llena que quería pasear su hermosura.
sábado, noviembre 11, 2006
Pero hoy con sol
Sí, se despertó el día un poco más simpático. Antes de ir a un concierto de las orquestas de jóvenes (Wisconsin Youth Symphony Orchestras) de la universidad, el sol nos estaba regalando juegos de entreluces
viernes, noviembre 10, 2006
Primera nevada
Ayer, ventanas abiertas, olor a hojas caídas, última vez de cortar el cesped antes de la llegada del invierno. Que no se hace esperar. Hoy llega. Y llega también la primera nevada, caprichosa y húmeda. La mañana despertó enfadada, sin sol, enmudecida. Anunció su desasosiego con una lluvia fría, al mediodía. Para las cuatro de la tarde, las ramas de los árboles ya estaban sosteniendo los copos de una nieve que vino para quedarse toda la noche.
Con asombro miramos esos dos o tres centímetros de nieve acumulada. Es demasiado temprano. Luego llega la noche y con ella, el silencio que la reina blanca trae. No, aun no; aun no es esa reina blanquísima, sutil y suave que elegante se posa para realmente quedarse semanas o meses. Ella llega más tarde. Hoy solo es un anuncio. Pasajero tal vez. Pero anuncio.
Con asombro miramos esos dos o tres centímetros de nieve acumulada. Es demasiado temprano. Luego llega la noche y con ella, el silencio que la reina blanca trae. No, aun no; aun no es esa reina blanquísima, sutil y suave que elegante se posa para realmente quedarse semanas o meses. Ella llega más tarde. Hoy solo es un anuncio. Pasajero tal vez. Pero anuncio.
jueves, noviembre 09, 2006
Antes y después
Hubo un mundo en el que no existían las conexiones inalábricas (bueno...existían pero solo telepáticamente o de forma muy incipiente), ni la posibilidad de comunicarse por internet, mensajes electrónicos... Cómo la red ha revolucionado el mundo, la comunicación, cómo ha acelerado el ya rapidísimo proceso de la globalización. Nos hemos embarcardo en el viaje. Algunos lo hemos hecho con gusto. Otros aun se resisten. Pero reconozcámoslo, es impagable esta posibilidad de estar conectados de esta forma, especialmente cuando no se tiene cerca a todos los amigos que quisieras a tu lado tener, o a toda la familia que quieres achuchar a cada rato, o a quienes no conoces pero que de vez en cuando llaman a tu puerta y comparten sus llanuras y laberintos. Y como todo, en el uso inteligente está el secreto. Por eso, cuando de vez en cuando te llega una imagen como esta, te sigues enamorando de la técnica y los nuevos sistemas de comunicación pero te asombras porque el corazón sigue latiendo con intensidad queriendo vivir ese paseo en vivo, esa luz en vivo, con ese alguien, muy cerca, compartirlo, plenamente, en una realidad real y no virtual. (La soledad de la pantalla no puede sustituir ese caminar, abrazar, vivir, susurrar, degustar. Pero te acerca, te lo entrega de forma diferente. Otra forma).
Y cuando llega algo así, sé que has pensado en mí, antes y ahora, y me dejo llevar por tí. Y si me envías un puente,
vivo ese momento contigo y también te digo que dentro de nada seré yo quien lo camine y que desde allí, otra imagen enviaremos a lo lejos para que otros puedan venir, ser puente, antes y después, siempre de un lado a otro.
Y cuando llega algo así, sé que has pensado en mí, antes y ahora, y me dejo llevar por tí. Y si me envías un puente,
vivo ese momento contigo y también te digo que dentro de nada seré yo quien lo camine y que desde allí, otra imagen enviaremos a lo lejos para que otros puedan venir, ser puente, antes y después, siempre de un lado a otro.
miércoles, noviembre 08, 2006
Por fin, un respiro
Por fin, un respiro, una mirada a un futuro un poco más esperanzador, una rendija abierta a políticas sociales más humanas, menos violentas, menos egocéntricas. Esa es la esperanza: EE UU sale del estupor.
Celebremos la transparencia de las luces que queremos vivir
Celebremos la transparencia de las luces que queremos vivir
martes, noviembre 07, 2006
Regreso
Regreso a un día de otoño, sin frío, con olor a hojas secas, hojas caídas, un espacio conocido, un recorrido de horas que tal vez pronto vuelva a sentirse como rutina pero aun no. Regreso al trabajo que se siente más liviano después de una semana en otro lugar, otro mundo, otro espacio, otras satisfacciones, otro territorio por descubrir cada despertar. Regreso con una energía nueva, unas ganas que me dejan vivir los días sin cansancio. Y disfruto a quienes hoy visito y a quienes hoy vienen a visitarme, con quienes hoy hago música, a quien escucho, quien me escucha. Cuento un poco de mi viaje y si me preguntas, te respondo, te digo; y si tienes un poquito de tiempo, me adentro en detalles. Muchas imágenes hermosas, recuerdos muy cercanos, todo aun con la frescura del ahora. Sigo caminando las calles del Viejo San Juan
No es que nada más pasara, es el placer de recorrer esas aceras entre colores, balconadas
cotidianas conversaciones...
y la constante de la telefonía móvil -prenda imprescindible en cualquier momento y lugar
Pero también hubo verdes y paisajes de montañas, y calles ruidosas y destartaladas, y personas y... mañana regreso.
No es que nada más pasara, es el placer de recorrer esas aceras entre colores, balconadas
cotidianas conversaciones...
y la constante de la telefonía móvil -prenda imprescindible en cualquier momento y lugar
Pero también hubo verdes y paisajes de montañas, y calles ruidosas y destartaladas, y personas y... mañana regreso.
lunes, noviembre 06, 2006
Ese mar
Salimos a la luz de la mañana y encontramos ese mar de oleaje bravo, el sol entrando por el fuerte de San Cristóbal y, al otro lado, la luna deslizándose por el Morro.
No vimos esos amaneceres cada día. La necesidad de dormir una rato más era imperiosa (especialmente cuando en la isla amanece a esa hora de las seis de la madrugada).
Debemos decir adiós a ese mar, a los días de calor, a la humedad, a la comida llena de sabores intensos de los que no te cansas (los asopados de pollo, de camarón, al mofongo, las mallorcas tostadas con mantequilla, la fruta fresca, el chillo, el churrasco, los tostones, el ceviche de dorado, el arroz con habichuelas acompañando un bacalao a la criolla, el chillo, el inconfundible café con sabor a crema...); adiós a la calidez de las personas, el buen humor, la simpatía, el cariño de los amigos, al encuentro con esas nuevas personas a las que hemos conocido y que se nos han quedado muy adentro; hasta luego al coquí nocturno, las calles estrechas del queridísimo Viejo San Juan, las otras calles y carreteras repletas de coches, el orden desordenado de esa geografía urbanística que probablemente tiene una razón de ser; adiós al verde rico y exhuberante, el flamboyán florecido, los naranjos ofreciendo su dulzor, las palomas en las plazas; las autopistas desgastadas, los pueblos y ciudades sin carteles que indiquen que el municipio empieza o termina; adiós a las banderas que quieren un Puerto Rico libre
Debemos decir adiós a unos conciertos que nos han llenado de energía, un público que nos ha enamorado con su cercanía y su vibrante presencia. El viernes, en Caguas, fue un deleite: nuestro último concierto, entregarse del todo, cuidar los detalles, revivir en una interpretación que nace en el momento, un momento que sin duda sabes que encuentras y que te encuentra. Aquí estamos, riendo y reconciliando fuerzas antes de entrar en el teatro
El viaje ha sido magnífico.
Y el mar de esta mañana sigue soñando plenitud
No vimos esos amaneceres cada día. La necesidad de dormir una rato más era imperiosa (especialmente cuando en la isla amanece a esa hora de las seis de la madrugada).
Debemos decir adiós a ese mar, a los días de calor, a la humedad, a la comida llena de sabores intensos de los que no te cansas (los asopados de pollo, de camarón, al mofongo, las mallorcas tostadas con mantequilla, la fruta fresca, el chillo, el churrasco, los tostones, el ceviche de dorado, el arroz con habichuelas acompañando un bacalao a la criolla, el chillo, el inconfundible café con sabor a crema...); adiós a la calidez de las personas, el buen humor, la simpatía, el cariño de los amigos, al encuentro con esas nuevas personas a las que hemos conocido y que se nos han quedado muy adentro; hasta luego al coquí nocturno, las calles estrechas del queridísimo Viejo San Juan, las otras calles y carreteras repletas de coches, el orden desordenado de esa geografía urbanística que probablemente tiene una razón de ser; adiós al verde rico y exhuberante, el flamboyán florecido, los naranjos ofreciendo su dulzor, las palomas en las plazas; las autopistas desgastadas, los pueblos y ciudades sin carteles que indiquen que el municipio empieza o termina; adiós a las banderas que quieren un Puerto Rico libre
Debemos decir adiós a unos conciertos que nos han llenado de energía, un público que nos ha enamorado con su cercanía y su vibrante presencia. El viernes, en Caguas, fue un deleite: nuestro último concierto, entregarse del todo, cuidar los detalles, revivir en una interpretación que nace en el momento, un momento que sin duda sabes que encuentras y que te encuentra. Aquí estamos, riendo y reconciliando fuerzas antes de entrar en el teatro
El viaje ha sido magnífico.
Y el mar de esta mañana sigue soñando plenitud
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